Liderazgo

El liderazgo es definido como una dinámica bien ejecutada cuando diferentes actividades, tareas u objetivos de un grupo o equipo de trabajo se completan con éxito, para lo cual son indispensables ciertas habilidades para influir, dirigir o encaminar a las personas, y así conseguir que trabajen con entusiasmo en el logro de metas conjuntas.

Por Érika Gómez López, editora junior del INCP

Algunas de las características que demuestran que se es un buen líder o que se colabora con uno son:

Elaboración propia

Tipos de liderazgo

Así como en todo equipo de trabajo hay diferentes personalidades, metas, proyectos y dinámicas, existen distintas maneras de ejercer el liderazgo, las cuales dependen no solo del carácter del líder, sino de la cultura de la compañía o la misión que la empresa se ha propuesto; estas resultan sumamente determinantes, pues influyen en el modo en que se desempeñan los trabajadores, en su energía, entusiasmo y confianza en las relaciones laborales. A continuación presentamos cinco tipos con los patrones que los delimitan:

1. Delegativo:

El líder delegativo les da total libertad a sus empleados para desarrollar sus funciones y alcanzar sus objetivos porque parte de una relación de confianza en la que se pretende reafirmarles que se cree en su experiencia y su potencial, y aunque posiblemente esto logre aumentar la creatividad en ciertas personas, también presenta un lado negativo: puede generar holgazanería.

2. Participativo:

Esta clase de liderazgo democrático les brinda la oportunidad a los integrantes del equipo de participar activamente en los planes o proyectos que se trazan, de expresar sus ideas, hacer propuestas y tomar decisiones comunes en el desarrollo laboral. Como consecuencia, los individuos tienden a sentirse más seguros de sí mismos y que sus opiniones son valoradas.

3. Autocrático:

Este método es óptimo para compañías que funcionan con un flujo de trabajo masivo, como cadenas de producción, en que las tareas deben ejecutarse con inmediatez. No obstante, es posible que los empleados se sientan cohibidos y generen aversión al entorno, derivando en un mal ambiente laboral.

4. Transaccional:

Al poseer una dinámica de intercambio, todas las partes de un equipo de trabajo resultan beneficiadas, ya que hay implicación y motivación en la ejecución de metas comunes, aunque puede caer en una conducta de condicionamiento poco práctica en el entorno laboral. Este no es un liderazgo muy común en las empresas colombianas.

5. Transformacional:

Gracias a una comunicación fluida que admite la retroalimentación, las valoraciones y las críticas, se alcanzan metas con más celeridad y comodidad, lo que deriva en el refuerzo de un ambiente grupal idóneo.

Después de revisar las clasificaciones anteriores podemos introducirnos en cómo crear una cultura de liderazgo idónea en nuestros equipos de trabajo, una cultura que permita mantener un equilibrio entre las mejores características mencionadas anteriormente y aprovechar todos los recursos que se tengan a disposición, así como las capacidades y los distintos rasgos de personalidad que pueden existir dentro de un entorno laboral.

Al tener un equipo a cargo, siempre existe la tentación de dar órdenes constantes y estar pendiente de cada proceso para que todo salga exactamente como se espera. Esto no solo puede resultar extenuante, sino contraproducente para los colaboradores y las dinámicas del grupo, por ello lo mejor es encaminarlos a encontrar respuestas a sus propias preguntas y así propiciar el hallazgo de ideas ocultas; el gran beneficio es el aumento del crecimiento individual y el refuerzo de la autonomía en los empleados.

Por otra parte, un ambiente positivo de liderazgo implica hacer énfasis en crear una conciencia de autoconocimiento y de crecimiento personal para ayudar a que los demás miembros sean conscientes de su propio potencial. Es importante generar un espacio en el que los trabajadores se sientan con la libertad de crear y descubrir sus propias decisiones y soluciones; esto les permitirá sentir propiedad y empoderarse de los procesos consecuentes.

Tres recomendaciones clave para fortalecer una cultura de liderazgo pueden resumirse así:

• Formular preguntas trascendentales: en lugar de indicar u ordenar qué hacer, ayudar a hallar respuestas al realizar preguntas que alienten conversaciones y reflexiones. Es importante crear la posibilidad de dialogar mediante cuestionamientos que los mismos trabajadores no se habían hecho y no inducir a una “respuesta correcta”.
• Escuchar activamente: brindarle a la otra persona la oportunidad de pensar y responder sin presión.
• Construir confianza: que las partes del equipo encuentren sus propias respuestas solo es posible si confían en el proceso, de ahí la relevancia de que los empleados comprendan que el propósito es ayudarlos a descubrir mejores caminos. Y, por consiguiente, se recomienda no juzgar sus apreciaciones y respuestas para evitar generar desmotivación.

Dado que el liderazgo está directamente relacionado con el buen clima laboral y el bienestar del equipo, debe estar en una transformación constante que le permita adaptarse a la innovación del mundo empresarial. Por lo tanto, se presentan algunas tendencias que incidirán en 2020 y que potencializarán una buena dinámica de liderazgo en las compañías:

Elaboración propia

• Compromiso con el medio ambiente: a causa del cambio climático y sus consecuencias globales, todos debemos modificar comportamientos e implementar acciones efectivas que propendan a vidas, entornos y organizaciones sostenibles.
• Adaptarse a los avances tecnológicos: en la era digital las transformaciones ocurren con mucha frecuencia y es deber de un líder procurar que su equipo de trabajo esté no solo abierto al cambio, sino dispuesto a habituarse a nuevas herramientas y procesos. Los beneficios de esto son múltiples, incrementa la competitividad, las oportunidades, atrae más clientes y se aprovechan mejor los recursos.
• Educación constante: es fundamental incitar a los trabajadores a capacitarse, incentivarlos a que estén a la vanguardia en su profesión, a que amplíen sus horizontes teóricos y prácticos. Esto no solo los edifica y fortalece a ellos mismos, también representa ventajas para la organización.
• Impulsar la diversidad: promover la inclusión les brinda oportunidades a todas las personas y fomenta el intercambio de ideas novedosas y la creatividad.
• Creer en el talento joven: la llegada de nuevas generaciones a las empresas conlleva una modificación en la cultura organizacional y es importante apostar por ellas, pues sus habilidades representan innovación e incursión asertiva en la era digital.
• Incitar talento de era digital: todas las organizaciones han debido modificar sus visiones, así como implementar herramientas tecnológicas y plataformas digitales para mantenerse competitivas en el ritmo frenético de los avances tecnológicos. Por eso esta tendencia se relaciona en gran manera con la anterior: es menester que el talento joven −más cercano a la revolución digital− sea aprovechado y comparta sus capacidades en pro del éxito del equipo.

Fuentes:

Philpott, Matthew (13 de junio de 2019). Develop a coaching culture in your organization. En: Journal of Accountacy. Tomado de: https://www.journalofaccountancy.com/news/2019/jun/how-to-develop-a-coaching-culture-at-work-201920892.html

Vargas, Manuel (14 de enero de 2020). Las 7 tendencias de liderazgo para el 2020. En: Great Place to Work. Tomado de: https://www.greatplacetowork.com.co/es/blog/las-7-tendencias-de-liderazgo-para-2020