El buen actuar profesional tiene que ver con la confianza en las personas, la toma de decisiones éticas, dar ejemplo y mantener una buena relación con el medio ambiente.

Por Juan Andrés Rodríguez, Editor INCP 

En un momento en el que se habla tanto de corrupción (Odebretch, Interbolsa, Fondo Premium, entre otros) es inevitable hablar de la importancia de la ética en la vida profesional. Además de la Ley 43 de 1990 y el código de ética de la IFAC, que rigen el actuar del contador hoy, es bueno tener en cuenta algunos conceptos mencionados por empresarios y expertos del tema, ya que los compañeros de trabajo (administradores, economistas, publicistas, técnicos en algún campo, ingenieros, por mencionar algunos) no tienen un decálogo normativo tan estricto, lo que no significa que tengan permiso para actuar como les parezca. Si en algún caso se ocupa un cargo como el de gerente ─que no está bajo la jurisdicción del código─ es bueno tener en cuenta algunos aspectos.

Para empezar, podemos hablar de la situación de corrupción que viven las empresas públicas. Podría pensarse que esto es solo responsabilidad gubernamental, pero tal como lo planteó Adriana Sanford, experta en ética empresarial  y académica de la Universidad de Georgetown, en un evento realizado este año en Chile llamado ‘Sociedad sin corrupción: El rol de las empresas y la política’, todo guarda conexión. Ella considera que es clave que “exista una muy buena relación de la empresa con los empleados, donde los empleados entiendan qué es la corrupción. Podemos tener una ley muy buena pero si no se aplica o no se aplica a todos por igual es un problema. Los empleados deben tener claro la Visión de la compañía, por si saben algo, lo pueden manifestar”.

Desde este punto, se busca que la lucha contra la corrupción no se quede solo en la empresa, sino que trascienda a los espacios, llegando a la sociedad misma. Por eso Sandford hace las mismas recomendaciones al sector público y privado: “Los consejos concretos que doy a las empresas y al Gobierno para evitar los casos de corrupción son: ver que las leyes se apliquen a todos, tener penalidades un poco más severas y grandes para que la corrupción no sea una opción”.

Un actuar ético de los profesionales contables es un gran ejemplo para varios grupos humanos y para la imagen misma de la profesión

Cuando es la directiva la que toma una decisión antiética por considerarla conveniente y no se presenta ninguna sanción, se puede mencionar la frase de Antonio Argandoña, profesor de Economía del IESE Bussines School: “No hay buenas decisiones si no son éticas”. El considera que es desde la cabeza de la organización que se da el ejemplo, “La ética en la empresa depende en gran medida de cómo actúan sus directivos”.

Las compañías son espacios para que las personas se desarrollen en todos los aspectos, por eso Argandoña considera que “debemos fomentar la sensibilidad de la gente que nos rodea. También hay que fiarse de los demás, y que ellos lo sepan: hay que saber darles responsabilidad y dejar que se equivoquen”. Esto puede parecer complicado, pero eso es lo que este académico español espera, que los directivos y la gente de las empresas se complique en estos temas y no tome la salida más cómoda, que puede ser la más tentadora pero no la más ética. Claro puede que en algunas ocasiones lo ético sea lo más cómodo, pero no siempre ocurrirá.

La ética también incluye otros aspectos que suelen tratarse por aparte. La responsabilidad medio ambiental y el buen uso de la tecnología son temas importantes para todos, como lo señala el gurú Sri Sri Ravi Shankar, varias veces nominado al Nobel de Paz. Frente al primer tema, Shankar señala que “operamos en un mundo con recursos limitados como si fueran ilimitados, y se van a acabar”.

Respecto a lo tecnológico mencionó que «nunca antes en la historia de la humanidad hemos tenido acceso a la tecnología como lo tenemos hoy, nunca antes habíamos estado tan interconectados con todo lo malo y lo bueno que esto supone». Por eso se debe ser un responsable con lo que se comparte en redes sociales, cómo se usan las herramientas tecnológicas para manejar las cifras, el manejo de información, entre otros.

Un actuar ético de los profesionales contables es un gran ejemplo para varios grupos humanos y para la imagen misma de la profesión, dado que los contadores pueden trabajar en cualquier tipo de empresas o se conectan con varias organizaciones, al ser consultores, revisores o auditores.