La interiorización de la estrategia empresarial, como orientadora de los objetivos, políticas y cursos de acción de la organización, debe estar presente en el proceder del contador público como participante clave en la conducción y gestión de la compañía.

Por Johana Cano Hoyos, asistente de investigación del INCP.

Cualquier organización necesita desarrollar una estrategia para poder determinar sus objetivos, es decir, responder al “qué” quiere lograr, y solo a partir de ella será posible trazar el curso de acción y la correcta planeación hacia los diferentes niveles corporativos. La estrategia, como piedra angular del direccionamiento corporativo, orienta las políticas y decisiones operativas hacia las metas trazadas por la gerencia, reconociendo su contexto y entorno.

Por tanto, debe ser un tema clave para los altos directivos ─entre ellos el contador público, como gerente financiero y administrativo─ a fin de contribuir con el cumplimiento de los objetivos y de una gestión empresarial óptima. Su utilidad radica en que permite determinar objetivos vitales y, una vez definidos, tener una idea más clara del lugar al que se desea llegar, cómo conseguirá hacerlo y cuáles serán las tácticas necesarias.

Según la Real Academia Española de la lengua – RAE, la estrategia es “un proceso regulable, conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento”. Esta definición se queda corta frente al desarrollo conceptual de la estrategia empresarial que a lo largo de varias décadas ha sido una labor de destacados empresarios y académicos de diversas disciplinas en el mundo.

Dichos expertos, desde distintas ópticas, proporcionan definiciones, formas de concebirla, desarrollarla e implementarla a través de publicaciones que van desde libros hasta artículos especializados, en donde se proponen teorías modelo, herramientas o técnicas útiles para los líderes organizacionales.

Tal como se presenta en el artículo La evolución de la estrategia, de Harvard Deusto, es innegable la considerable transformación que ha tenido la estrategia, analizando con atención aquellos modelos que se mantienen aún vigentes, comprobando sus beneficios para las empresas. Esta revisión también señala la importancia de remitirse al pasado, pues en muchas ocasiones, los nuevos postulados suponen un desarrollo de premisas previas que han servido como precursores de posiciones novedosas. A partir de este valioso documento se presentan los aportes más relevantes en esta materia en los últimos 50 años: