Estos espacios alternativos de trabajo se salen de las clásicas oficinas y ofrecen opciones de crecimiento profesional para todas las carreras.

Juan Andrés Rodríguez, Editor del INCP

A los contadores no les suelen mencionar que así como las Normas Internacionales de Información Financiera van evolucionando para adaptarse mejor al mundo de hoy, las estructuras empresariales hacen lo mismo. Como ejemplo claro de esto encontramos los coworking, lugares en los que varios emprendimientos y empresas que están iniciando comparten espacio, recursos y conocimiento.

El coworking surge en Estados Unidos, en San Francisco (California), cuando Brad Neuberg fundó en 2005 ‘Hat Factory’. La idea es simple: compartir. Los grupos de personas que trabajen allí podrán utilizar los recursos típicos de una oficina, tener un espacio de trabajo adecuado y entrar en contacto con otros proyectos. Esto último es un elemento clave, ya que entre ellos se pueden lograr asesorías que pueden llegar a ser costosas.

Los temas de recursos no menores, debido a que los gastos se dividen entre los que están allí. Un arriendo o la adquisición de una impresora de buena capacidad pueden ser lujos para empresas que apenas están surgiendo.

La convivencia en un coworking permite que las relaciones se dinamicen más. Se fortalece la comunicación entre los miembros del mismo proyecto y con otros. Así se descubren otras lógicas de trabajo que pueden perdurar cuando la empresa se consolide y busque su propia oficina.

Otras de las enseñanzas que se pueden llevar los grupos de un coworking es la de pensar un espacio que sea cómodo e inspire a trabajar. No se trata de un lugar lleno de distracciones, sino uno que le permita a los colaboradores sentirse a gusto para entregar lo mejor en sus labores. Los coworking suelen desligarse un tanto de la clásica distribución de cubículos de oficina.

Finalmente, la flexibilidad en los tiempos permite que sean los grupos quienes organicen sus horarios.

¿Cómo van los contadores aquí?

Un coworking es un lugar en el que el contador puede aprender sobre otros campos del conocimiento y modelos de negocio. Para aquellos que siempre pensaron en establecer un negocio propio, aquí pueden desarrollar la idea gracias la experiencia que otros profesionales le pueden proporcionar.

Se le suma que muchos coworking ofrecen capacitaciones y ayudas en el aspecto administrativo y financiero, por lo que un contador puede trabajar allí para orientar a los emprendedores sobre las responsabilidades tributarias que deben tener en cuenta, los requisitos legales y cómo pueden llevar de buena manera sus cifras.

Todos esos aspectos de aprendizaje que ofrece el coworking están al alcance de los contadores que decidan animarse a explorar este espacio de cooperación laboral. Los coworking enseñan que el trabajo no tiene que ser de 8 a 6 si no lo quieres así.

En este link podrás encontrar varios coworking que hay en el Bogotá, para que busques uno cercano a tu casa o universidad o de tu lugar favorito para ir por café.