Colombia es un país emprendedor y destacado en este sentido a nivel internacional. En 2021 se posicionó como el tercer país más emprendedor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en 2022 fue catalogado como el mejor país de América Latina para emprender y ocupó el puesto 25 a nivel mundial, esto basado en datos de los informes del Monitor de Emprendimiento Global (GEM, por sus siglas en inglés). Esto pone de manifiesto la afinidad que tienen los colombianos por el emprendimiento y la actividad empresarial lo cual no debe desligarse de la contabilidad pues más allá de las cuestiones operativas, esta es una herramienta que puede realizar aportes estratégicos al desarrollo y crecimiento de los negocios.

Por: Kevin Guevara, asistente de investigación técnica del INCP

Características del tejido empresarial colombiano

De acuerdo con la información del Registro Único Empresarial y Social (RUES) con corte a julio de 2023, en Colombia:

  • El 67 % de las empresas están organizadas jurídicamente como persona natural.
  • Las micro y pequeñas empresas agrupan el 97 % del total de empresas con matrícula mercantil activa.
  • En los últimos 10 años se crearon 824.577 empresas, las cuales representan el 74 % del total de matrículas mercantiles activas a la fecha.
  • El ritmo de crecimiento anual en el registro de nuevas compañías fue en promedio del 16 %.

De los anteriores datos podemos constatar que los micro y pequeños empresarios integran en su mayoría en el tejido empresarial colombiano y que existe una alta tasa de actividad emprendedora y de creación de empresas.

La contabilidad en las micro y pequeñas empresas

La estructura y operación de las pequeñas y jóvenes empresas de Colombia es de baja complejidad y la mayoría de estas unidades productivas se concentran exclusivamente a su core de negocio. Esto ocasiona el desplazamiento de actividades estratégicas como la contabilidad pues se concibe en la mayoría de los casos como una simple obligación legal. Sin embargo, los empresarios deben entender que la información financiera y contable trasciende de lo legal y operativo y puede llegar a ser una herramienta de apoyo para el direccionamiento estratégico de sus negocios, debido a que esta apoya y soporta la toma de decisiones.

La contabilidad y su aporte a la estrategia de los negocios

Más allá de los tecnicismos y los debates teóricos, la contabilidad se puede definir como la representación de los hechos económicos de una organización, los cuales se categorizan y muestran ordenadamente en informes denominados estados financieros. A grandes rasgos, los estados financieros básicos son:

  1. Estado de situación financiera: contrasta el stock de lo que posee y controla la empresa (activos) contra lo que debe a terceros (pasivo) y a los socios (patrimonio). Herramientas como el análisis horizontal y vertical ayudan a obtener un diagnóstico actual de la compañía y sirven como sustento al planteamiento de estrategias a corto, mediano y largo plazo para la continuidad de la operación.
  2. Estado de resultados: evidencia el flujo de ingresos y egresos del periodo con lo que se determina el resultado (perdida o ganancia) de la operación. Esta información ayuda al entendimiento del comportamiento del negocio y a la planeación financiera del mismo.
  3. Estado de flujos de efectivo: muestra el comportamiento del flujo de caja o efectivo y la actividad fuente o destino de estos flujos. Esta información ayuda al monitoreo del principal factor para la operación de cualquier empresa: el efectivo. Así mismo, ayuda en la toma de decisiones empresariales de corto y largo plazo respecto a la financiación e inversión, lo cual asegura la supervivencia de la organización a lo largo del tiempo.

Toda la información contenida en los estados financieros se puede utilizar estratégicamente para evaluar el pasado, monitorear el presente y planear el futuro, en términos operativos y financieros, de cualquier tipo de empresa.

La contabilidad también aporta al control de gestión de las operaciones: inversiones, tesorería (bancos, efectivo, inversiones de corto plazo), recuperación de cartera, control de inventarios, gestión de activos permanentes (propiedad planta y equipo, terrenos, edificaciones, intangibles, entre otros), obligaciones financieras, compras y pago a proveedores, y nómina del personal. Además, soporta el cumplimiento de las obligaciones tributarias, las proyecciones y presupuestos, la gestión de costos y, en general, aporta a la generación de valor de las demás áreas de la compañía porque proporciona información útil para la toma de decisiones.

Es así como el uso adecuado de la contabilidad por parte de los emprendedores y pequeños empresarios apoya la toma de decisiones, genera valor a la dirección estratégica de los negocios y acompaña el desarrollo y crecimiento de las organizaciones.