Por: Kevin Guevara, asistente de investigación técnica del INCP

La sostenibilidad ha dejado de ser una simple tendencia para convertirse en un factor clave en las organizaciones. Actualmente, las empresas no solo deben generar valor económico, sino también medir y presentar sus impactos sociales y ambientales, así como gestionarlos de manera responsable. En este contexto, el control interno juega un papel clave, ya que es la herramienta que permite a las entidades supervisar y asegurar que sus operaciones cumplan con los objetivos de sostenibilidad establecidos.

Tradicionalmente, el control interno ha sido un sistema utilizado para mitigar riesgos operativos, financieros, legales, entre otros. Sin embargo, con la creciente demanda por prácticas sostenibles, el control interno ha evolucionado, integrando factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Este enfoque permite a las organizaciones alinearse con las normativas y expectativas globales en sostenibilidad.

El control interno orientado a la sostenibilidad no solo busca asegurar la correcta ejecución de los procesos, sino también medir el impacto de las actividades empresariales en el medioambiente y la sociedad. Para lograrlo, las organizaciones deben integrar controles que monitoreen el consumo de recursos, las emisiones de carbono, el bienestar de los empleados, la transparencia y la responsabilidad social, entre otros.

Incorporar la sostenibilidad en el control interno ofrece múltiples beneficios a las organizaciones, tales como:

  1. Reducción de riesgos: al implementar controles sobre aspectos sociales y ambientales, las organizaciones minimizan riesgos reputacionales, legales y financieros.
  2. Mejora la eficiencia operativa: un sistema de control interno que incluye la sostenibilidad permite identificar ineficiencias en el uso de recursos (agua, energía, materias primas, etc.), lo que conduce a una reducción de costos y una mejor gestión de los recursos naturales.
  3. Cumplimiento normativo: cada vez más países están adoptando regulaciones estrictas en materia de sostenibilidad y las partes interesadas están exigiendo prácticas responsables. Un control interno robusto orientado a la sostenibilidad asegura que la entidad cumpla con estas normativas.
  4. Aumento del valor para las partes interesadas: al implementar una gestión transparente y responsable en sostenibilidad, las organizaciones ganan la confianza de sus inversores, clientes y otros grupos de interés. Esto fortalece la reputación y la ventaja competitiva en el mercado.

¿Cómo estructurar un control interno orientado a la sostenibilidad?

Para estructurar un sistema de control interno alineado con los objetivos de sostenibilidad, las organizaciones deben adaptar sus políticas y procedimientos, involucrar a las áreas clave de la empresa y desarrollar un enfoque integral.

A continuación, se detallan cinco pasos basados en el Marco de control interno del Comité de Organizaciones Patrocinadoras de la Comisión Treadway (COSO, por sus siglas en inglés), que facilitarán la integración de la sostenibilidad en el control interno de las organizaciones.

1. Definir objetivos sostenibles claros y medibles

El primer paso para estructurar un control interno orientado a la sostenibilidad es definir objetivos sostenibles específicos, los cuales deben estar alineados con la estrategia general de la empresa y abarcar asuntos ambientales, sociales y de gobernanza. Por ejemplo, algunos objetivos sostenibles pueden ser:

  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un porcentaje determinado.
  • Implementar políticas de inclusión y diversidad en la fuerza laboral.
  • Aumentar el uso de energía renovable en las operaciones.

Estos objetivos deben ser claros, alcanzables y medibles, para que los controles internos puedan monitorearlos de manera efectiva.

2. Identificar riesgos y oportunidades sostenibles

Una vez establecidos los objetivos de sostenibilidad es fundamental identificar los riesgos que pueden afectar su consecución, así como las oportunidades que podrían surgir en el camino. Los riesgos pueden ser tanto externos (regulaciones ambientales, desastres naturales, cambios en la percepción del cliente), como internos (ineficiencias operativas, falta de compromiso de los empleados, etc.). De manera similar, las oportunidades pueden incluir la adopción de nuevas tecnologías limpias o la entrada a nuevos mercados sostenibles.

La identificación de riesgos y oportunidades debe ser un proceso continuo, y el control interno debe estar diseñado para monitorearlos y gestionarlos adecuadamente.

3. Desarrollar controles en los procesos sostenibles

Una vez identificados los riesgos y las oportunidades es necesario desarrollar controles clave que aseguren la ejecución de los procesos orientados a la sostenibilidad. Estos controles pueden ser preventivos o correctivos y deben abarcar todas las áreas relevantes de la organización. Algunos ejemplos de controles internos sostenibles son:

  • Controles sobre el uso de recursos naturales: implementar sistemas que midan el consumo de agua y energía y que alerten sobre desviaciones significativas respecto a los objetivos.
  • Controles sobre la cadena de suministro: garantizar que los proveedores cumplan con criterios de sostenibilidad, tales como prácticas laborales justas y un bajo impacto ambiental.
  • Controles sobre el bienestar de los empleados: monitorear la seguridad en el lugar de trabajo, la salud ocupacional y la igualdad de oportunidades dentro de la empresa.

Cada control debe estar documentado, monitoreado y actualizado en función de los cambios en la estrategia de sostenibilidad de la empresa y el entorno operativo.

4. Involucrar a todas las áreas de la organización

El control interno orientado a la sostenibilidad no es responsabilidad exclusiva de un departamento o área de la organización. Todos los niveles jerárquicos y áreas deben estar comprometidos con los objetivos de sostenibilidad y participar activamente en el diseño, implementación y monitoreo de los controles.

La alta dirección debe liderar el compromiso con la sostenibilidad, integrándolo en la cultura organizacional y asegurando que los recursos necesarios estén disponibles para alcanzar los objetivos.

El equipo financiero tiene un papel clave en el monitoreo del cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad, asegurando que los informes reflejen de manera precisa el impacto económico, social y ambiental de la empresa.

5. Monitorear continuamente

Finalmente, un sistema de control interno orientado a la sostenibilidad debe ser dinámico y estar sujeto a revisiones periódicas. El monitoreo continuo permite identificar desviaciones respecto a los objetivos, evaluar la efectividad de los controles implementados y ajustar las estrategias cuando sea necesario.