Por: Kevin Darley Guevara Gonzalez, asistente de investigación técnica del INCP

La contabilidad de costos es un subsistema de la contabilidad que proporciona información clave para calcular los costos de productos y servicios, con el fin de determinar la rentabilidad y ejercer control sobre las operaciones. Comprender los conceptos fundamentales de esta disciplina es esencial para quienes buscan optimizar recursos, mejorar la rentabilidad y tomar decisiones estratégicas fundamentadas en datos.
La diferencia entre costo y gasto
Según la teoría económica, el costo se refiere a cualquier erogación de dinero (o su equivalente) destinada a la adquisición de bienes o servicios. Sin embargo, al vincular este concepto con la contabilidad, surge una diferenciación conceptual basada en el área o dependencia que realiza la erogación, así como en el momento en que se reconoce dicha erogación en la información financiera. Por esta razón, la teoría contable diferencia entre costo y gasto.
Se considera costo al consumo de recursos (como materiales directos, mano de obra directa, costos indirectos, entre otros) necesarios que hacen parte del inventario o de los activos para producir bienes o prestar servicios. El beneficio derivado del sacrificio de estos recursos se obtiene una vez que se vendan los productos o se finalice la prestación del servicio.
Por otro lado, se considera gasto al consumo de recursos requerido para realizar actividades de carácter administrativo, estratégico o logístico, que apoyan la venta de bienes o la prestación de servicios. El sacrificio de estos recursos se registra en el estado de resultados del periodo en que fueron consumidos, sin estar directamente relacionados con la venta de productos o la prestación de servicios.
¿Qué es un objeto de costo?
Un objeto de costo es cualquier elemento al que la entidad decide atribuir un valor específico en un momento determinado y de manera más precisa, lo que facilita la evaluación detallada de cada proceso o unidad dentro de la entidad.
Clasificación de los costos
Los costos pueden clasificarse de diversas maneras, y cada clasificación tiene implicaciones diferentes en la toma de decisiones. Las principales categorías son:
1. Según su relación con el producto u objeto de costo.
Directos: un costo es directo cuando se puede identificar plenamente en el objeto de costo.
Indirecto: son aquellos que no se pueden identificar fácilmente en el objeto de costo. Generalmente, son compartidos por varios objetos de costo y requieren la aplicación de un criterio de distribución para su asignación. Este criterio se calcula en función de los factores que generaron el costo, es decir, su relación de causa y efecto. Por ejemplo: la energía eléctrica, el alquiler de la planta de producción, los salarios del personal de vigilancia y supervisión, entre otros.
2. Según su comportamiento frente a los niveles de operación.
Fijos: son aquellos costos que permanecen constantes durante un periodo de tiempo determinado o para un nivel específico de producción o servicio.
Variables: son aquellos costos que varían según el volumen de producción o servicio. Tienen una relación directa con el nivel de operación, ya que su monto cambia conforme al volumen de producción o servicio.
Semifijos o semivariables: son costos que no son completamente fijos ni completamente variables. Tienen un comportamiento combinado, es decir, una porción fija y una porción variable.
Elementos del costo
Son los componentes que conforman el costo total de producción de bienes o servicios. Estos se clasifican en cuatro categorías:
Materiales directos: son los elementos físicos de consumo utilizados en la producción de bienes o en la prestación de servicios. Además, estos son tangibles, fácilmente medibles y cuantificables, y se pueden identificar con facilidad en el objeto de costo.
Mano de obra directa: representa los salarios y otros conceptos laborales que se reconocen como contraprestación por el esfuerzo físico o mental de los trabajadores que tienen una relación directa con la producción o la prestación de servicios.
Costos indirectos de fabricación: son aquellos costos que no se pueden atribuir directamente a un producto o servicio específico, pero que son necesarios para el proceso de producción en general. Estos incluyen elementos como la energía, el alquiler de la planta, el salario de supervisores, el mantenimiento de equipos, y otros gastos generales asociados a la fabricación. Aunque no se pueden asignar de manera directa a un solo producto, se distribuyen entre los diferentes productos fabricados durante un periodo.
Servicios contratados: representa el costo de servicios recibidos en desarrollo de contratos celebrados por la entidad a fin de ejecutar labores relacionadas con la producción de bienes o la prestación de servicios. Se le conoce también como subcontratación, tercerización o externalización.
En resumen, la contabilidad de costos desempeña un papel clave en la gestión contable y financiera de las entidades, puesto que proporciona información detallada sobre los costos de la producción de bienes y servicios. Comprender la distinción entre costo y gasto, identificar los objetos de costo y clasificar los costos según su naturaleza y comportamiento permite a las organizaciones optimizar recursos, controlar sus operaciones y tomar decisiones estratégicas informadas que favorezcan su rentabilidad.